Si queremos tomar el camino del Yoga y progresar en el mismo, debemos saber algo sobre la vida cotidiana que hay que practicar. ¿Còmo hemos de vivir? Una sola palabra da la respuesta: moderadamente.
Quien crea que la practica del Yoga exige una vida de asceta, esta equivocado. El ascetismo, el pleno renunciamiento, la mortificaciòn del cuerpo pueden constituir mètodos excelentes bajo ciertas circunstancias, para liberarse del Yo ficticio y superar los apetitos corporales; pero no es una meta en si. Cristo dice: "Pero esta manera no es la buena, sino la oracion y el ayuno" (mAT. 17/21). lAS Palabras de Cristo señalan claramente que para la purificaciòn de nuestro ser es preciso la negaciòn y la expulsiòn de las codicias del cuerpo. Pero si somos purificados y liberados del "diablo", o sea del yO FICticio, el modo de vida ascètico no es de ninguna manera imprescindible para e progreso en el raya-yoga.
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