En el libro Charla de Mesa, del maestro sufì Rumi, se encuentra este implacable y atinado pàrrafo:
El maestro dijo que en este mundo hay una sola cosa que nunca debe olvidarse. Si fueras a olvidar todo lo dempas, pero no esto, no habrìa motivo de preocupaciòn, mientras que si recordaras, realizaras y atendieras a todo lo demas pero olvidaras esa ùnica cosa, en realidad no habrias hecho nada en absoluto. Es como si un rey te hubiera enviado a un paìs para cumplir una tarea especìfica y concreta. Vas a ese pais y realizas otras cien tareas, pero si no realizas aquella para la que te enviaron, es como si no hubieras realizado nada en absoluto. Del mismo modo, el hombre ha venido al mundo para cumplir una tarea especìfica, y ese es su objetivo. Si no la realiza, no habra hecho nada.
Todos los maestros espirituales de la humanidad nos dicen lo mismo, que el propòsito de la vida en la Tierra es lograr la uniòn con nuestra naturaleza fundamental iluminada. La "tarea" por la que el "rey" nos ha enviado a este paìs extraño y oscuro es la de conocer de modo profundo y encarnar nuestro verdadero ser. Y la unica manera de hacerlo consiste en emprender el viaje espiritual con todo el fervor y la inteligencia, la valentia y la determinaciòn posibles de transformaciòn personal de la cuales podamos hacer acopio. Como dice la Muerte a los Nachiketas en el Katha Upanishad:
Existe el camino de la sabidurìa y el camino de la ignorancia. Los dos estàn muy separados y conducen a distintos destinos. [...] Morando en la ignorancia, creyèndose sabios y eruditos, los necios vagan de un lado a otro sin rumbo, como ciegos conducidos por otros ciegos. Lo que yace màs allà de la vida no resplandece para quienes son infantiles, descuidados o engañados por la riqueza.